Poco se habla de todo el impacto que fumar causa en nuestra piel y cabello. ¿Sabías que existe el tabaquismo capilar? En este artículo queremos profundizar en el tema, ya que es importante para cuidar no sólo la salud de tu cuerpo, sino de tu piel y, especialmente, de tu cabello.
¿Qué es el tabaquismo capilar?
Fumar es una adicción que causa graves daños al conjunto del organismo y el cabello no es una excepción. Los numerosos agentes tóxicos contenidos en el humo del cigarro perjudica la salud capilar, tanto si se inhala directamente al consumirlo como si está expuesto a él en un ambiente de fumadores.
Las sustancias procedentes del humo provocan daños en la microcirculación de los folículos pilosos del cuero cabelludo, impidiendo que lleguen los nutrientes necesarios y alterando la correcta formación del nuevo cabello. Por otro lado, las sustancias nocivas del cigarro alteran los mecanismos implicados en la producción de estrógenos, favoreciendo la pérdida del cabello, y propician el envejecimiento prematuro del cuero cabelludo.
Con el humo, el cabello se seca en su capa externa y pierde brillo. Además, fumar hace que las toxinas del tabaco viajen a través del torrente sanguíneo dificultando su nutrición, como consecuencia de la vasoconstricción que produce la nicotina.
El consumo de tabaco se refleja en el cabello de tres formas: pérdida de vitalidad, sequedad de la cutícula y fragilidad capilar.
Cambios hormonales
El hecho de fumar tiene otro efecto indirecto sobre la salud capilar, ya que afecta a la producción de hormonas. La nicotina condiciona negativamente los mecanismos de producción de estrógenos, originando la atrofia cutánea y la sequedad de la piel, lo que sin duda afecta al cuero cabelludo y, por tanto, al cabello.
Con el humo, el cabello se seca en su capa externa y pierde brillo. Además, fumar hace que las toxinas del tabaco viajen a través del torrente sanguíneo dificultando su nutrición, como consecuencia de la vasoconstricción que produce la nicotina.
Algunas investigaciones apuntan a que el tabaquismo aumenta la producción de andrógenos y en concreto de la testosterona, lo cual se relaciona con el debilitamiento del cabello al afectar negativamente al desarrollo de las células a partir de las cuales se generan las fibras capilares.
Pérdida de nutrientes
No obstante, es importante añadir que las personas que ejercen este hábito muestran déficit de algunas vitaminas, como la C y la E, antioxidantes vitales para conservar al cabello en buen estado y ralentizar el acto natural del envejecimiento. Estas deficiencias suelen protagonizar casos de sobreproducción de grasa. Los químicos del tabaco, además, apresuran la aniquilación del colágeno y la elastina, que son proteínas naturales causantes de una óptima configuración tanto de la dermis como del cabello.
Fumar = Canas
Si las razones que has leído no suficientes, quizás lo pienses dos veces con esta: existe una relación directa del tabaquismo con el envejecimiento prematuro del cabello, es decir, fumar también es el culpable de las canas. Pese a que el surgimiento de canas es una transformación inherente sujeta a la edad y a un factor genético, el color del cabello es el efecto de los pigmentos de melanina ocasionados por los melanocitos, y existe la certeza de que los compuestos tóxicos encontrados en el tabaco puedan afectar a la productividad celular, ocasionando la creación de un cabello ausente de color.
El cabello se vuelve gris prematuramente con el hábito de fumar. Pese a que el surgimiento de canas es una transformación inherente sujeta a la edad y a un factor genético, el color del cabello es el efecto de los pigmentos de melanina ocasionados por los melanocitos.
Así que, para proteger la salud capilar de los efectos del humo y la nicotina y reparar el cabello una vez abandonado el hábito, se recomienda tomar alimentos ricos en vitamina C y cepillarlo todas las noches con la cabeza hacia abajo, para eliminar esos restos de polución.
¿Fumar tabaco provoca la caída del pelo?
Ahora que ha quedado claro que el tabaco tiene un efecto directo sobre nuestro cabello, tanto a nivel interno como externo, toca responder directamente a la gran pregunta: sí, el tabaco potencia la caída del pelo. La disminución en la irrigación, nutrición y oxigenación de los folículos pilosos contribuye a su progresiva miniaturización. Esto, a largo plazo, puede provocar algún grado de alopecia en personas que no la padecían, o acelerarla en personas que sí.
Podemos definir al tabaco más como un agravante o acelerante que como la causa principal o directa de la alopecia. Además, para que estos efectos tengan lugar, debe existir un hábito de consumo prolongado en tiempo y cantidad.
¿Son irreversibles estos efectos?
Aquí llegan las noticias positivas. En la mayoría de los casos (dependerá, lógicamente, de cada persona, su estado de salud y el tiempo de consumo), los efectos del tabaco sobre nuestro pelo se pueden revertir. Eso sí, es necesaria una condición única e inapelable: hay que dejar de fumar. Al hacerlo nos deshacemos de la presencia de todas esas sustancias nocivas y sus efectos negativos.
¿Podemos hacer algo para minimizarlos?
Dejar de fumar es esencial para la salud de nuestro pelo, y del resto de nuestro cuerpo. El tabaco es una adicción terriblemente tóxica de la que deberíamos liberarnos lo antes posible. No obstante, como somos conscientes de lo complejo que puede resultar, queremos añadir que también existe una serie de medidas que podemos llevar a cabo para contrarrestar en la medida de lo posible sus efectos.
Seguir una dieta equilibrada y rica en vitamina C y antioxidantes naturales, como frutas y verduras.
Beber mucha agua para mantener los tejidos bien hidratados, incluida la piel cabelluda.
Usar el shampoo adecuado para tu tipo de cabello, de forma que mantenga su equilibrio natural.
Prestar especial atención al cuidado y lavado diario del mismo para eliminar los restos de tabaco.
Y, por supuesto, el más efectivo de todos: intentar dejar de fumar.
El tabaco y el injerto capilar
Ya hemos visto que el tabaco puede acelerar la alopecia. También hemos hablado en numerosas ocasiones de que, llegado a cierto punto de alopecia, la única solución real y definitiva es un injerto capilar. Lo que quizás no es tan sabido es que el tabaco también puede suponer un problema a la hora de someterse a esta intervención. Si bien ser fumador no supone un impedimento para realizarse un trasplante, sí que hay que tener en cuenta que el tabaco puede empeorar la capacidad de cicatrización y coagulación, lo que afectará negativamente al resultado final.
Es por eso que siempre se pide a los pacientes que no fumen durante las dos semanas previas a la intervención, así como que intenten evitarlo, en la medida de lo posible, hasta en los 10 días posteriores. Esto nos puede dar una idea más del potencial perjudicial del tabaco y de las bondades de abandonar el hábito. Además, no tendría sentido someterse a un injerto capilar para después seguir estropeando el pelo con el tabaco.
Así que ya lo sabes: hay que dejar de fumar.
En DS Laboratories nos preocupamos por cuidar la salud de tu piel y cabello. Visita nuestra página y descubre todo lo que podemos hacer por ti.
Fuentes:
https://www.corporacioncapilar.es/blog/el-tabaco-causa-caida-del-cabello/