El estrés afecta, indudablemente, a nuestras vidas y es una de las principales causas por las que sufrimos caída del cabello, ya que está comprobado que los folículos pilosos responden directamente a las alteraciones del sistema nervioso. Los cambios en nuestro cabello son los primeros indicadores de que estamos sometidos a altos niveles de estrés y es de vital importancia aprender a reconocer los síntomas para cuidar de nuestra salud tanto integral como capilar.
Caspa y exceso de grasa
Si de repente sientes tu cabello grasoso y aparece un brote de caspa, cuando nunca has tenido que lidiar con eso, es una alerta clara de altos niveles de estrés. El estrés conlleva aumento de la secreción de grasa y favorece el desarrollo de descamación o caspa. Una enfermedad de la piel cabelluda, como la dermatitis seborreica, afecta a un elevado porcentaje de la población adulta y que cursa con enrojecimiento y descamación, guarda una relación directa con las situaciones de estrés.
Opacidad
La pérdida del brillo de tu cabello es el resultado de una mezcla de sol, contaminación, procesos químicos y deshidratación, pero también tiene relación directa con el estrés. El cabello en particular refleja nuestra salud física y emocional.
Canas
Es otra de las consecuencias que tiene el estrés en el cabello, gracias a que acelera el ciclo natural, de forma que el folículo se ‘vacía’ de los pigmentos naturales; existe una condición conocida como canicie súbita.
Caída pasajera o recurrente
El estrés aumenta los niveles de cortisol y es, precisamente, cuando estos niveles bajan que se acelera el ciclo natural del pelo y, por tanto, se produce la caída masiva. Tal vez no sea irreversible ya que el cabello vuelve a nacer, pero si los niveles de estrés se mantienen, lo más probable es que el cabello vuelva a caerse. Lo ideal es atacar la causa del problema y reducir los niveles de estrés para evitar la caída y el adelgazamiento del cabello.
¿Qué puedo hacer para mejorar?
Ejercicio
La piel cabelluda es parte del resto de nuestro cuerpo y se oxigena al hacer ejercicio, ya que moverte disminuye tanto los parámetros de estrés y de inflamación, con un efecto positivo sobre nuestra salud, piel y cabello. Una persona que realiza ejercicio con frecuencia, te mantiene saludable y retrasa la aparición de cualquier tipo de alopecia.
Alimentación balanceada
Somos lo que comemos. Cuidar la alimentación se refleja en el cabello de forma directa y, en épocas de estrés, se vuelve un aliado fundamental para lidiar con la ansiedad y sus consecuencias a nivel capilar. Una dieta sana, garantizará el aporte necesario de oligoelementos, vitaminas, minerales y aminoácidos necesarios para la formación de la queratina, que fortalece al cabello. Evitemos los déficits de hierro, zinc, cobre y ácido fólico con un aporte adecuado en nuestra alimentación para tener un cabello sano.
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