Sin importar la estación del año en la que estemos, cuidar de nuestro cabello siempre es una prioridad. Una melena fuerte y radiante empieza con la salud de nuestra piel cabelluda y, en los últimos tiempos, hay una pregunta que se ha convertido en el secreto mejor guardado por los expertos: ¿cuál es la temperatura ideal para lavarse el cabello? Si tú también te lo preguntas, aquí tenemos la respuesta.
Higiene adecuada, piel cabelluda sana
La piel cabelluda, como parte de la epidermis, puede irritarse, descamarse o sufrir si recibe agresiones externas. Lavarse el cabello es una de las actividades de higiene diarias que más pueden afectar tanto al estado del pelo como al del cuero cabelludo si no se hace de la manera adecuada.
Los especialistas en salud y bienestar capilar recomiendan que la temperatura del agua no sea superior a la corporal. De esta forma, se mantiene un equilibrio que evita la irritación y otros problemas dermatológicos.
Sin embargo, existen condiciones especiales en las que tanto la temperatura como la frecuencia del lavado pueden variar de un caso a otro.
¿Cuál es la temperatura ideal para lavarse el cabello?
Los efectos sobre el cabello y la piel que tienen las diferentes temperaturas del agua de la ducha pueden ser determinantes en la salud capilar. De hecho, una temperatura inadecuada puede anular los efectos positivos de los productos que se utilicen.
La pregunta de a qué temperatura puede lavarse el pelo es, por tanto, fácil de contestar: a una temperatura similar a la del cuerpo, es decir, unos 20 ºC. Para ello, basta con poner la mano bajo la corriente y notar que es agradable al tacto.
Efectos sobre el cabello del agua demasiado caliente
Lavarse el cabello con agua caliente produce un aumento de la porosidad de las fibras capilares y deja el cabello más quebradizo. Produce un efecto de barrido de los aceites naturales del pelo, así como de deshidratación, volviéndolo más seco y rompiéndose con facilidad.
Sin embargo, cuando el pelo sufre tendencia a acumular un exceso de sebo, el agua caliente contribuye a limpiar la piel cabelluda. Esto es debido a que el calor y el vapor abren los poros y ayuda a eliminar el exceso de grasa. A la larga, no obstante, el efecto puede ser el contrario: el cabello comienza a producir más grasa por efecto rebote.
¿Y el agua fría?
Lavarse el cabello con agua fría hace que el cabello pierda volumen y movimiento, sobre todo, en cabellos muy finos. Sin embargo, aporta brillo, lo alisa evitando el encrespamiento, cierra las escamas de la cutícula y sella los poros evitando la deshidratación.
Por tanto, a no ser que el cabello sea muy fino, es adecuado lavarlo con agua fría. El agua fría produce un efecto de aumento de circulación de los capilares de la piel cabelluda, lo que supone un aumento de oxigenación y de nutrientes para el cabello.
¿Es malo lavarse el cabello diario?
Lavarlo es necesario, pero hacerlo todos los días, con productos agresivos es inadecuado. Tanto un exceso de limpieza como un defecto pueden derivar en problemas capilares.
Someter al cabello y, sobre todo, a la piel cabelluda, a una limpieza excesiva puede producir una descamación, desecamiento y pérdida de nutrientes e hidratación. Por ello, utilizar shampoo específicos es esencial para evitar efectos dañinos.
Dependiendo de la actividad de la persona, o de los ambientes a los que se exponga, se deberá realizar el lavado más a menudo. Si estamos expuestos a mucha polución o polvo es mejor lavarlo suavemente a diario. Si se realiza deporte a diario y se suda, también.
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Fuentes:
https://www.aad.org/public/diseases/hair-loss/insider/stop-damage