Cada vez que nos exponemos al sol, tenemos la premisa en nuestra mente de “usar bloqueador para proteger nuestra piel” ya que, gracias a los descubrimientos médicos y científicos, todos sabemos que demasiada exposición al sol puede convertirse en cáncer de piel. Teniendo esto en cuenta, en este artículo te damos la clave para prevenir el cáncer de piel y es la autoexploración, un paso muy sencillo pero definitivo que ayudará a mantener tu salud.
Cáncer de piel
El cáncer de piel es el crecimiento anormal de las células de la piel. Suele desarrollarse en la piel expuesta al sol. Pero esta forma frecuente de cáncer también puede ocurrir en zonas de piel que normalmente no están expuestas a la luz solar. Actualmente, existen tres tipos de cáncer de piel: carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular y, el más conocido, melanoma.
Carcinoma basocelular
El carcinoma basocelular comienza en las células basales, un tipo de células que se encuentran en la piel y que producen las células cutáneas nuevas a medida que las viejas mueren. Es común que aparezca en la forma de un bulto ligeramente transparente en la piel, aunque puede tomar otras formas. El carcinoma basocelular ocurre con mayor frecuencia en zonas de la piel que están expuestas al sol, como la cabeza y el cuello.
Se piensa que la mayoría de los carcinomas basocelulares se deben a la exposición prolongada a la radiación ultravioleta (UV) de la luz solar. Evitar la exposición al sol y usar protector solar pueden ser modos de protegerte contra el carcinoma basocelular. Generalmente, se manifiesta en las partes del cuerpo expuestas al sol, especialmente en la cabeza y el cuello. Con menos frecuencia, el carcinoma basocelular puede presentarse en partes del cuerpo normalmente protegidas del sol, como los genitales.
El carcinoma basocelular aparece como un cambio en la piel, por ejemplo, un bulto o una llaga que no sana. Estos cambios en la piel (lesiones) generalmente tienen una de las siguientes características:
Una protuberancia con aspecto brillante y de color piel que es traslúcida, es decir, que se puede ver un poco a través de su superficie. La protuberancia puede ser de color blanco perlado o de color rosado en la piel blanca. La protuberancia puede ser de color marrón o negro brillante en la piel morena o negra. Se pueden ver vasos sanguíneos pequeños, aunque pueden ser difíciles de ver en la piel morena y negra. Es posible que la protuberancia sangre y que luego se forme una costra.
Una lesión marrón, negra o azul (o una lesión con puntos oscuros) con bordes traslúcidos y levemente levantados.
Un parche plano y escamoso con un borde levantado. Con el tiempo, estos parches pueden crecer bastante.
Una lesión blanca, de aspecto ceroso y similar a una cicatriz sin un borde claramente definido.
Carcinoma espinocelular
El carcinoma de células escamosas de la piel es una forma común de cáncer de piel que se desarrolla en las células escamosas que componen las capas media y externa de la piel.
En la mayoría de los casos, el carcinoma espinocelular se produce en áreas del cuerpo expuestas al sol, como el rostro, las orejas y las manos. Las personas con piel más oscura son más propensas a desarrollar carcinomas espinocelulares.
El carcinoma de células escamosas de la piel generalmente no es mortal, pero puede ser agresivo. El carcinoma de células escamosas de la piel sin tratar puede crecer o diseminarse a otras partes del cuerpo, y esto puede causar complicaciones graves.
Las células escamosas se encuentran en muchos lugares del cuerpo, y el carcinoma de células escamosas puede ocurrir en cualquier lugar donde se encuentren estas células. El carcinoma de células escamosas de la piel se refiere al cáncer que se forma en las células escamosas que se encuentran en la piel. El carcinoma espinocelular puede aparecer como:
Un nódulo rojo y firme
Una lesión plana con una superficie escamosa y con costras
El carcinoma de células escamosas de la piel ocurre cuando las células escamosas planas y delgadas en las capas medias y externas de la piel desarrollan cambios (mutaciones) en su ADN. El ADN de una célula contiene las instrucciones que le dicen a la célula qué hacer. Las mutaciones les dicen a las células escamosas que crezcan fuera de control y que continúen viviendo cuando las células normales morirían.
La mayoría de las mutaciones del ADN en las células de la piel son causadas por la radiación ultravioleta (UV) que se encuentra en la luz solar y en las lámparas de bronceado y las camas de bronceado comerciales.
Melanoma
El melanoma, el tipo más grave de cáncer de piel, se forma en las células (melanocitos) que producen melanina, el pigmento que le da color a la piel. El melanoma también puede manifestarse en los ojos y, rara vez, dentro del cuerpo, como en la nariz o la garganta.
El riesgo de manifestar un melanoma parece aumentar en las personas menores de 40 años, especialmente en las mujeres. Conocer las señales de advertencia del cáncer de piel puede ayudar a asegurar que los cambios cancerosos se detecten y se traten antes de que el cáncer se haya diseminado. El melanoma se puede tratar con éxito si se detecta a tiempo.
El melanoma ocurre cuando hay algún problema con las células productoras de melanina (melanocitos) que dan color a la piel.
Normalmente, las células de la piel se desarrollan de una manera controlada y ordenada; las nuevas células sanas empujan las células más antiguas hacia la superficie de la piel, donde mueren y finalmente se caen. Pero cuando algunas células desarrollan daños del ADN, las células nuevas pueden comenzar a crecer fuera de control y con el tiempo pueden formar un tumor de células cancerosas.
Lo que daña el ADN en las células de la piel y cómo esto produce un melanoma no está claro. Es probable que una combinación de factores, entre ellos factores ambientales y genéticos, produzca el melanoma. Sin embargo, los médicos creen que la exposición a la radiación ultravioleta del sol y de las lámparas y camas de bronceado es la principal causa del melanoma.
La luz ultravioleta no provoca todos los melanomas, especialmente aquellos que se producen en lugares del cuerpo que no reciben exposición a la luz solar. Esto indica que otros factores pueden intervenir en el riesgo de padecer melanoma.
La Autoexploración para prevenir el cáncer de piel
La manera de detectar el cáncer de piel a tiempo es examinarse la piel regularmente. Esto implica tanto ir al proveedor de atención médica para que le examine la piel como revisársela usted mismo en su casa frecuentemente.
Hacerse exámenes de la piel con regularidad
Los exámenes de la piel son importantes para todos. Hable con su proveedor de atención médica acerca de la frecuencia con la que debe realizarse un examen de la piel. Puede que tenga que hacérselos con más frecuencia si tiene un mayor riesgo de tener cáncer de piel, por ejemplo si ya tuvo este tipo de cáncer, tiene antecedentes familiares de cáncer de piel o tiene un sistema inmunitario debilitado.
Revisarse la piel en casa
Las autoexploraciones de la piel son muy importantes si está en riesgo de padecer cáncer de piel. Conoce cómo son sus lunares, manchas, pecas y otras marcas. Si notas algún cambio en un lunar o que tienes un lunar nuevo, debes consultar a tu médico de inmediato.
El mejor momento para hacerse una autoexploración de la piel es después de bañarse. Al hacer la autoexploración, es importante buscar cambios. Revísate de la misma manera cada vez, de modo que no se saltee ninguna parte del cuerpo. Puedes pedirle a alguien que te ayude a revisar si lo necesitas. Por ejemplo, para revisar lugares difíciles de ver, como la espalda y la piel cabelluda.
Revisa tu piel en una habitación bien iluminada. Use un espejo grande y uno de mano para poder verse todo el cuerpo.
Observa el cuerpo en el espejo de frente y de espaldas.
Levanta los brazos y mírese los costados. Las mujeres deben mirarse debajo de las mamas.
Examina la parte de atrás y de adelante de las piernas. También mírese entre las nalgas y los genitales.
Revisa las palmas y el dorso de las manos y los antebrazos cuidadosamente. También entre los dedos y debajo de las uñas.
Siéntate y examina bien los pies, incluidas las plantas y entre los dedos. También revísese el lecho ungular de todos los dedos.
Mira tu cara, el cuello y la piel cabelluda. Es recomendable usar un cepillo o un secador de cabello para moverse el cabello y poder ver mejor la piel cabelluda.
El ABCDE de la autoexploración
Antes que nada, controla los lunares siguiendo las pautas ABCDE, que ayudarán a darte cuenta de si deberías visitar a tu doctor para que revise los lunares. Las pautas ABCDE son las siguientes:
Asimetría. Una mitad del lunar es distinta de la otra mitad.
Bordes irregulares. Los bordes del lunar no están bien definidos, son desiguales o irregulares.
Color. El lunar tiene distintos colores. Puede ser marrón, negro, rojo o de otros colores. O puede tener zonas que parece que se han descolorado.
Diámetro. El lunar mide más de 6 milímetros de diámetro (el tamaño del borrador de un lápiz). Aunque algunos melanomas pueden ser incluso más pequeños.
Evolución. Un lunar luce distinto del resto y cambia de tamaño, forma o color.
Otros signos y síntomas de un posible cáncer de piel son los siguientes:
Un lunar o una marca en la piel que pica, duele o es doloroso a la palpación
Un lunar o una marca en la piel que supura, sangra o que forma una costra
Un lunar o una marca en la piel que luce distinto de otros lunares o marcas en la piel
Una llaga que no sana
Un lunar o una llaga que se enrojece o se inflama en los bordes o en la zona circundante
¿Cuándo acudir al médico?
Examina los lunares o las marcas en la piel para detectar cualquier cambio y esté atento a la aparición de nuevos lunares o marcas en la piel. Si alguno coincide con las pautas ABCDE, o bien detectas otros signos de cáncer de piel, consulta a tu médico de inmediato.
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