La quimioterapia es uno de los tratamientos médicos más invasivos a los que podemos someter a nuestro cuerpo y que, sin duda, afecta a nuestra piel y cabello. Por eso, aquí hablamos sobre la caída de cabello por quimioterapia, lo que le pasa a nuestro cuerpo durante este tratamiento y cómo podemos cuidarlo.
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Comencemos por lo más importante: ¿Qué es la quimioterapia?
La quimioterapia es un tratamiento farmacológico con sustancias químicas fuertes que destruye las células de crecimiento rápido en el cuerpo. La quimioterapia se utiliza con frecuencia para tratar el cáncer, ya que las células cancerosas crecen y se multiplican mucho más rápido que la mayoría de las células del cuerpo.
¿Qué deberías esperar?
El cabello generalmente comienza a caerse entre dos y cuatro semanas después de comenzar el tratamiento.
Puede caerse en forma gradual o muy rápida (en manojos). Probablemente adviertas acumulaciones de cabello caído sobre la almohada, en el cepillo o el peine, en el lavabo o en el desagüe de la ducha. Es posible que sientas dolor al tacto en la piel cabelluda.
La caída del cabello continuará mientras dure el tratamiento, e incluso unas semanas más. El adelgazamiento del cabello o la posibilidad de quedar completamente calvo depende del tratamiento.
Las personas que han padecido cáncer informan que la caída del cabello como un efecto secundario angustiante del tratamiento, ya que cada vez que te observes en un espejo, el cambio en tu aspecto te recordará la enfermedad y todo lo que has vivido a partir del diagnóstico.
De hecho, para muchos pacientes sometidos a quimioterapias, la caída del cabello es un símbolo mundial de que tienes cáncer. Hablar con el equipo de atención oncológica sobre tus inquietudes y prepararte para la posibilidad de que se te caiga el cabello puede ayudarte a encarar este difícil efecto secundario del tratamiento.
¿Por qué se produce?
Los medicamentos de quimioterapia son medicamentos potentes que atacan las células cancerosas de crecimiento rápido. Lamentablemente, estos medicamentos también atacan otras células del cuerpo de crecimiento rápido, como las de las raíces del cabello.
La quimioterapia puede provocar caída del cabello de todo el cuerpo, no sólo en la piel cabelluda. A veces, también se caen las pestañas, las cejas, el vello de las axilas, el vello púbico y de otras partes del cuerpo. Algunos medicamentos de quimioterapia tienen más tendencia a producir caída del cabello, y las diferentes dosis pueden provocar efectos que van desde un simple afinamiento a una calvicie completa.
Afortunadamente, la mayoría de las veces la caída del cabello causada por la quimioterapia es temporal. Puedes contar con que el cabello vuelva a crecer entre tres y seis meses después de que finalice el tratamiento, aunque por un tiempo el pelo podría tener una textura o tono diferente.
¿Cuándo volverá a crecer tu cabello?
Pueden pasar varias semanas después del tratamiento para que tu cabello se recupere y comience a crecer nuevamente. Cuando tu cabello comience a volver a crecer, probablemente será algo diferente al cabello que perdiste. Sin embargo, la diferencia suele ser temporal. Tu nuevo cabello puede tener una textura o un color diferente. Puede ser más rizado que antes, o puede ser gris hasta que las células que controlan el pigmento del cabello comiencen a funcionar nuevamente.
¿Puede prevenirse la caída del cabello?
No existe un tratamiento que pueda garantizar que no se te caerá el cabello durante o después de la quimioterapia. Se han investigado varios tratamientos como posibles maneras de prevenir la caída del cabello, pero ninguno ha sido absolutamente eficaz, como los siguientes:
Gorros de enfriamiento para la piel cabelluda: Durante las infusiones de quimioterapia, te pueden colocar en la cabeza un gorro muy ajustado enfriado con líquido helado para aminorar el flujo sanguíneo a la piel cabelluda. De ese modo, es menos probable que los medicamentos de quimioterapia te afecten el cabello.
Según los estudios realizados sobre los gorros de enfriamiento y otras formas de hipotermia de la piel cabelluda, se ha demostrado que tienen un cierto grado de eficacia en la mayoría de las personas que los han probado. Sin embargo, el procedimiento también presenta un pequeño riesgo de que el cáncer vuelva a aparecer en esta parte del cuerpo, ya que esa zona no recibe la misma dosis de quimioterapia que el resto. Las personas que se someten a hipotermia de la piel cabelluda afirman sentir un frío muy incómodo y tener dolores de cabeza.
Minoxidil: No es probable que aplicar minoxidil —un medicamento aprobado para la caída del cabello— en el cuero cabelludo antes de la quimioterapia y durante el transcurso de esta prevenga la caída del cabello, aunque algunas investigaciones indican que podría hacer que vuelva a crecer más rápido. Se necesita más investigación para determinar si el minoxidil es eficaz para hacer crecer el cabello después del tratamiento oncológico.
Cómo aprovecharlo
La caída del cabello generalmente no se puede prevenir ni controlar, pero se puede tratar. Sigue los siguientes pasos a lo largo de su tratamiento para minimizar la frustración y la ansiedad asociadas con la caída del cabello.
Antes del tratamiento
Sé amable con tu cabello. No lo decolores, colorees ni apliques un tratamiento permanente en el cabello, ya que esto puede debilitarlo. Sécate el cabello al aire tanto como puedas y evita dispositivos de calor, como planchas para el cabello y rizadores. Fortalecerte el cabello ahora puede hacer que sea más probable que este permanezca en la cabeza un poco más durante el tratamiento.
Considera cortarte el cabello. El cabello corto tiende a verse más tupido que el cabello largo. Cuando se te caiga el cabello, no se notará tanto si tienes el cabello corto. Además, si tienes el cabello largo, acortarlo podría ayudarte a hacer una mejor transición a la pérdida total de cabello.
Planifica un modo de cubrirte la cabeza. Ahora es el momento de empezar a pensar en pelucas, bufandas u otros modos de cubrir la cabeza. Depende de ti elegir usar una cubierta para la cabeza para ocultar la pérdida de cabello. Pídele a tu médico que te haga una receta médica para una peluca, cuyo costo puede ser cubierto por tu seguro médico.
Durante el tratamiento
Cuida como a un bebé el cabello que te quede. Continúa aplicando las estrategias de cuidado delicado del cabello durante todo el tratamiento de quimioterapia. Usa un cepillo suave. Lávate el cabello sólo con la frecuencia necesaria. Considera usar un shampoo suave y con ingredientes que alivien la inflamación de la piel cabelluda.
Algunas personas informan que sienten picazón, sensibilidad e irritación en el cuero cabelludo durante los tratamientos y mientras se les cae el cabello. Afeitarte la cabeza puede reducir la irritación y evitar la vergüenza de la caída del cabello.
Protege tu piel cabelluda. Si tendrás la cabeza expuesta al sol o al aire frío, protégela con protector solar o un accesorio para la cabeza. La piel cabelluda puede estar sensible a medida que pasa el tratamiento, por lo que el frío extremo o el sol pueden irritarlo fácilmente. No tener cabello o tener menos cabello puede hacerte sentir frío, por lo que cubrirte la cabeza te puede hacer sentir más cómodo.
Después del tratamiento
Continúa con el cuidado suave del cabello. El cabello nuevo que te crezca será especialmente frágil y vulnerable al daño causado por los productos para el cabello y dispositivos de calor. Deja de teñirte o decolorarte el cabello nuevo hasta que se fortalezca. El procesamiento podría dañarte el cabello nuevo e irritarte la piel cabelluda sensible.
Sé paciente. Es probable que el cabello vuelva lentamente y que no se vea normal de inmediato. Pero el crecimiento lleva tiempo, y también lleva tiempo reparar el daño causado por el tratamiento del cáncer.
Taparte la cabeza
Taparse la cabeza durante la caída del cabello es una decisión absolutamente personal. Para muchas personas, el cabello está relacionado con la identidad personal y la salud, por lo que deciden mantener ese aspecto usando una peluca. Algunas personas eligen sombreros y pañuelos. Otras optan por no taparse la cabeza.
Consulta con tu médico acerca de recursos de tu región donde puedas encontrar la protección para la cabeza más adecuada para ti.
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